La
cultura es toda expresión construida a través de la
historia de la vida cotidiana, de la sociedad y de nuestra comunidad, las
cuales se manifiestan a través de las diferentes artes,
la educación, así como el desarrollo de
la sensibilidad y la creatividad.
Este
proceso otorga pertenencia a una sociedad en el acto de convivir
dentro de un espacio.
El arte como tal siempre me dijeron que es bello, es todo lo que está
bien hecho, todo aquello que conlleve a contemplación, a la exaltación y enarbolarían
el espíritu humano. Después de cursar una licenciatura en artes visuales,
parece menos convincente o más cercana esta aseveración, el arte en todos
lados, la diferencia entre arte y artesanía, arte y diseño, arte y su áurea de
unicidad, lo que siempre perdura ante la mayoría de las posturas es el carácter
simbólico de la producción artística. La imagen como evocación o representación,
imagen creada con la finalidad de comunicar, comunicación entre el espectador y
la obra, no una comunicación reciproca como se plantea (emisor, mensaje,
receptor) si no una comunicación donde el medio es el mensaje parafraseando a
Mc Luhan, la obra como medio de comunicación con el espectador, creando un
dialogo interno en el espectador, la producción artística, como el espejo que
refleja al espectador y este al ser reflejado es capaz de dialogar con el mismo
de encontrarse con su yo y crear un dialogo, mostrarnos así aspectos de
nosotros mismos, al generar situaciones de enfrentamiento y con ello darnos un
espacio temporal, que el arte de hoy se ha convertido en extensión misma de la
vida.
Arte que
plantea abiertamente la relación entre la gente y los espacios dados,
simbolizando esta interrelación, un modelo alejado de la homogeneización
internacional y la diferenciación local ideando la obra de modo específico,
omitiéndose del tiempo histórico entrando en lo específico de la cultura explorando
y cuestionando las relaciones con las instituciones, el poder, los medios, el
lugar y el contexto. En la mayoría de casos partiendo de la experiencia visual.
A partir de la visión percibimos el mundo, se nos han atrofiado los sentidos, o
los hemos relegado a un plano íntimo, los bloqueamos inconscientemente en el
enfrentamiento con los demás, solo nos damos permiso de ver el entorno, el
mundo interpretado a partir de la consecución de imágenes, un espacio percibido
a partir de pantallas. El gesto de colocar algo ante nuestros ojos, no tanto
para verlo como para mirarlo, es función del arte, colocar algo ante los ojos
para exponerlo expresamente a la inspección de la vista, pasando de elemento de
supervivencia a ser agente de comunicación y conocimiento, quiere decir que
estamos leyendo nuestra subjetividad en las cosas externas.
Para Lacan,
el yo no percibe cosas, sino imágenes que una vez inscritas en el yo, una vez
recibidas por el yo, van a convertirse en la sustancia del yo. Es decir que
entre el yo y el mundo se extiende una única dimensión, una sola dimensión
continua, sin partición alguna, sin ruptura, que llamamos: dimensión
imaginaria. En esta dimensión es donde el arte encuentra su creación y
existencia, que exterioriza al espacio humano, anulando la distancia y las
fronteras entre sujeto e imagen, en tanto que el sujeto mismo ha penetrado en
el espacio de la imagen, al participar en él con su propio cuerpo.
En la época
de la información como se debería emplear la expresión artística para poder
evitar las trampas de la incomunicación, es decir, de las palabras sin
contenido ideológico, emocional y de experiencia. Aquí en donde el espacio que
es sólo un escenario de la vida social, sin función contemplativa, el arte
urbano plantea un contexto el del entorno social un espacio público como un
ámbito de construcción social, un terreno donde se negocian roles, identidades
y relaciones de poder, el producto de la acción, la interacción y la
competición entre los diferentes agentes que lo habitan. De esta forma, el
espacio público ha dejado de poseer una carencia de identidad para
transformarse en el terreno de significaciones en constante transformación.
El arte
urbano, se plantea como una imagen que afecta el tránsito, la visión dentro del
espacio compartido con los demás, espacios comunes como contexto, ya el arte
dejo su pedestal, su áurea de propiedad, y se hizo colectivo a la mirada del
ocupante del entorno, convive con los individuos, tratando de generar un
dialogo. No solo con la mirada, y partiendo del cuerpo, de su integración con
el medio, con el contexto y con la obra. Funcionando bajo el espacio
compartido, el espacio público.
La
reactivación del espacio público se opone a la coacción política contemporánea,
sustentada en una elaborada tecnología de la privacidad hogareña, que induce el
abandono de las áreas urbanas hacia sitios supuestamente más seguros
más vigilados, desactivando las posibilidades de construcción y manifestación
personal y social de los ciudadanos. La experiencia pública se ha manipulado al
servicio de la publicidad y la política, por ejemplo, donde los productos y los
políticos se vinculan al deseo y a los valores. La experiencia privada ha
perdido su autenticidad en el ámbito público y el arte, al menos
simbólicamente, puede devolverla.
Más que una
simple intersección de representaciones en conflicto, la ciudad compuesta de
múltiples realidades que raramente se cruzan y que cuentan desigualmente los
modos en que la sociedad se representa a si misma a partir del entorno urbano.
Conjugando expresión, comunicación e información, artistas y colectivos del
trabajo cultural interpelan al transeúnte con imágenes, textos o propuestas
participativas, transformando el entorno urbano en un nuevo ámbito para la
reflexión estética, artística, política o social. En donde la calle es un
símbolo extremadamente importante, porque todo proceso de experimentación de la
cultura está encauzado a mantenerte fuera de la calle. Así la calle o espacios
de tránsito, se vuelven el escenario, y el contexto de obras de arte urbano.
Propuestas
que pueden entenderse como transdiciplinarias, donde la intervención urbana ha
sido una de las más frecuentadas, con tendencia a evitar las instalaciones
permanentes en virtud de intervenciones temporales y efímeras, el reemplazo del
objeto artístico por la estimulación de los eventos y procesos, el abandono de
la autonomía artística y de la figura del creador individual por las acciones
en grupos y las colaboraciones participativas, el desplazamiento de las cuestiones
estéticas hacia las políticas y sociales.
Al
apropiarse de la ciudad, de sus calles, parques y paseos comunes, los artistas
ingresan discursivamente en la esfera pública. En donde el espacio urbano
estaría constituido por cualquier núcleo de población (ciudad),
independientemente de su tamaño, en el caso de los mayores este espacio urbano
suele sobrepasar los propios límites de la ciudad, conformando áreas
metropolitanas compuestas de varios núcleos de población periféricos agrupados
en torno al central.
En Public Art and Urban Identities,
Miwon Kwon. Recoge la
progresión del arte público, reseñándola en tres puntos:
1.- El arte en los espacios públicos: típicamente, una escultura
modernista abstracta colocada en un espacio exterior, con el objeto de
“decorar” o “enriquecer” un área urbana, generalmente plazas o edificios
públicos o corporativos.
2.- El arte
como espacio público: obras menos orientadas hacia el objeto y con una mayor
conciencia del lugar donde serán emplazadas, que generalmente tienen en cuenta
el contexto urbano, la arquitectura o el diseño de los alrededores.
3.- El arte
público: en donde los artistas trabajan con la gente del lugar, principalmente
con los sectores marginales, localizándose en cuestiones sociales o de
identidad local o grupal.
A esta
estratificación le agregaríamos nosotros como colectivo cultural semilleros una
cuarta:
4.- El arte
como intervención pública, hablando de las plantillas, los posters, las
pegatinas y otras formas de expresión gráfica, además de la inserción de
objetos conceptuales que, han tomado nuevos rumbos para colocarse como una de
las formas artísticas de este siglo XXI.
Para
algunos son actos vandálicos de criminales sin rostro… sin embargo, para muchos
son verdaderas formas de expresión artística urbana…
Las pintas
como forma de comunicación y protesta –sobre todo de índole político- no es
nada nuevo y desde tiempos de los romanos, muchos grupos inconformes con los
excesos del imperio, dibujaban figuras obscenas con los nombres de los
emperadores, sus esposas y amantes, con el fin de ridiculizarlos. También en la
antigüedad, algunas sectas religiosas y grupos marginados marcaban las paredes
y los espacios públicos con distintas formas de símbolos para comunicarse entre
ellos o establecer los lugares y las fechas de sus siguientes reuniones.
Siguiendo esta corriente, el graffiti se hizo popular durante las protestas
estudiantiles aunque las pintas con motivos subversivos han estado presentes
desde siempre.
El arte
callejero o street art del término inglés, en su concepción más amplia y
literal describe todo el arte desarrollado en la calle, normalmente de manera
no autorizada. Esto incluiría tanto al Graffiti vinculado a la cultura Hip Hop
como a otras formas diversas de intervención artística en la calle. Podemos
hablar de disidencia civil, guerrilla-art, activismo, y encontrar su raíz,
desde el dadaísmo y el situacionismo.
La polémica que suele acompañar las intervenciones es considerada
como parte del resultado artístico que se busca, como provocación, y suscita la
reflexión sobre los límites del arte mismo y su relación con el mercado, el
poder y la sociedad. Pero que se genera en el entendido del espacio público,
como el lugar donde cualquier persona tiene el derecho de circular, en
oposición a los espacios privados, donde el paso puede ser restringido,
generalmente por criterios de propiedad privada, reserva gubernamental u otros.
Por tanto, espacio público es aquel espacio de propiedad pública y dominio y
uso público. El espacio público abarca, por regla general, las vías de
circulación abierta: calles, plazas, carreteras, parques, así como ciertos
edificios públicos, estaciones, bibliotecas públicas u otros.
Así el arte urbano como
intervención del entorno que afecta y condiciona especialmente las
circunstancias de vida de las personas o la sociedad en su conjunto. Comprende
el conjunto de valores naturales, sociales y culturales existentes en un lugar
y un momento determinado, que influyen en la vida del hombre e inciden en la
relación con los otros.
La educación artística o enseñanza artística es un
método de aprendizaje que se basa en ciertos campos del arte, divididas
como; educación, plástica y visual, educación
musical y educación expresiva del cuerpo (danza o teatro, artes
circenses u opera). Los profesionales suelen destacarse específicamente en una
de las anteriores, de la que ya hemos hablado. Sin embargo como todo
profesional, en este campo no es la excepción, se requiere una constante
actualización, búsqueda de capacitaciones, formarse en nuevas manifestaciones
artísticas y pedagógicas, con el fin de lograr dar al estudiante un amplio
panorama del campo.
Los niños, jóvenes y adultos pueden aprender tanto en colegios,
institutos y universidades como en los museos, centros culturales,
ocupacionales, de recreación, agencias de servicio social, en las calles y
hasta en prisiones. Recibiendo este tipo de educación de manera formal,
informal o no formal. Se puede distinguir que hay una educación artística para
la formación de profesionales y otra para los que no quieren ser profesionales
en este campo.
La educación artística desarrolla capacidades, actitudes, hábitos y
comportamientos, potencia habilidades y destrezas, y además es un medio de
interacción, comunicación y expresión de sentimientos emociones y actitudes que
permite la formación integral del niño. Dentro del campo del arte existen
diversos profesionales que ayudan a enriquecer los contenidos que se pueden
enseñar en esta especialidad: historia del arte, filosofía del arte, teoría del
arte, diseño (y sus diferentes tipos), crítica del arte, y las llamadas artes.
Con esto último, las tendencias contemporáneas: arte comunitario, arte
relacional, video-arte, cómic, bio-arte, animación que son tipos de artes que
generalmente no están encasilladas en las bellas artes o artes convencionales,
éstas y otras más, amplían el repertorio de las manifestaciones artísticas (y
si se incluye las que se pueden dar y a través de ellas, dar propuestas
didácticas más afines a la población meta.
Describe
unas prácticas artísticas que implican la participación vecinal en el proceso
constructivo de la obra y un intento de alcanzar una mejora social a través del
arte.
• La
idea de que el significado del arte debe encontrarse en el contexto (físico o
social) y no en el objeto autónomo.
• Se
impulsa la colaboración y la participación de las personas implicadas en la
realización de la obra.
• Busca un
beneficio o mejora social (por encima de unos logros estéticos)
• El arte
comunitario reafirma la identidad de los sectores en exclusión social o en la
periferia del sistema.
•
Recientemente el arte comunitario y el trabajo de sustentavilidad o la acción
ambiental han comenzado a tener una interrelación, incluyendo
proyectos de rehabilitación urbana y creando obras de arte en un
contexto barrial.
La expresión arte comunitario, surgida
en los años 70, principalmente en EEUU y Gran Bretaña, para describir unas
prácticas artísticas que implican la colaboración y participación del público
en la obra y un intento de alcanzar una mejora social a través del arte. Se
describe el contexto y las ideas artísticas y sociales que le sirven de base,
en concreto dos: la importancia del contexto social de la obra y de la
implicación del espectador. El arte comunitario evoluciona hacia ámbitos
institucionales y educativos en los años posteriores y se convierte también en
una referencia para el arte público contemporáneo. Finalmente se describen las
principales problemáticas asociadas a las prácticas artísticas colaborativas.
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